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Amor a mares, conferencia, desde Perú en la UACM y SUTUACM.

Con la conferencia Amor a mares, Alejandro Merino Rosas, activista por la diversidad sexual y de género, y promotor de la Asociación de Familias por la Diversidad Sexual Perú, compartió la experiencia que ese grupo de activistas ha realizado en ocho años a favor de la comunidad LGBTI.


Merino Rosas, quien es ingeniero civil por la Universidad Nacional de Ingeniería, también cuenta con estudios de maestría en Políticas Públicas en mención de género, población y desarrollo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), también es uno de los responsables de generar un espacio de contención emocional en las familias peruanas cuyos hijos o hijas tienen una orientación sexual distinta a la heterosexual, a través de las pláticas mensuales en la Asociación de Familias por la Diversidad Sexual Perú.


En la Sala Isóptica Enrique Brito, del plantel Centro Histórico, ante una nutrida audiencia, Merino Rosas explicó que en Perú tiene poco que la letra I se está incorporando en los espacios políticos, por lo que aún hay que trabajar en ese sentido. También señaló que escogió el nombre Amor a mares para esta charla, porque alude a la inmensidad e infinita potencia que tiene el amor como la tiene el mar.


El activista relató que, por cuestiones académicas y personales, se interesó en el tema de diversidad sexual, género y familia; fue en el año 2007 cuando recibió una invitación para asistir a una convención de familias por la diversidad sexual, en Montevideo, Uruguay, donde conoció a Wilma Ruiz, activista peruana residente en Nueva York, madre de un joven gay e integrante de la PFLAG, organización de Estados Unidos de padres, madres y amistades de personas LGBTI.


Merino Rosas señaló que acordaron que en la siguiente ocasión que Wilma fuera a Perú, realizarían una reunión con activistas y fue así como se convocó a las personas. De ese encuentro, que “fue muy potente”, en enero del 2008 surgió, luego de una lluvia de ideas, entre ellas el de entrevistarse con los congresistas y gobierno, reunirse el primer miércoles de cada mes, lo que han hecho durante los últimos ocho años.


“Una vez que surgió la Asociación hemos tenido una serie de etapas. La primera, la he llamado ‘Reafirmo el amor que te tengo, hija, hijo, por eso me capacito’, la segunda, ‘Reafirmando amores, saliendo del clóset’, y la tercera ‘Doy el salto cualitativo de hablarlo públicamente y comprarme el pleito de luchar por el reconocimiento de los derechos para mis hijas e hijos, heterosexuales o LGBTI” añadió el ponente.


Señaló que las primeras reuniones mensuales eran con poca asistencia y luego se incrementó a unos 30 asistentes, entre activistas y familiares de la comunidad LGBT, principalmente madres, y se reunían en un espacio que les prestaba una organización no gubernamental; posteriormente en casa de una de las madres, quien después se convirtió en la presidenta de la Asociación.


“En esas reuniones se dan los testimonios de cada familiar, o de quien quiera hablar, acerca de lo que sintió al enterarse que su hijo es gay o que tiene una hija lesbiana o trans, porque hay un duelo de expectativa, pues la madre o padre sueña con que su hija o hijo se case y forme familia, pero se da cuenta que ahora eso no podrá ser. También se brinda información de cómo llevar esta situación y aceptar la realidad del otro y se obsequia folletería sobre el tema” describió Merino Rosas.


En ese mismo 2008, cerca a la fecha de la marcha del orgullo gay, el director del festival de Cine LGBT de Lima convocó a la Asociación a un cine debate, pues había conseguido un video sobre familia y homosexualidad y quería que el grupo de madres hablara del tema luego de exhibir el documental. Tres de las madres aceptaron hablar ante un público numeroso, pero el director envío invitaciones de prensa “y salió la noticia y empezaron a sonar los teléfonos, los periodistas queriendo entrevistar a las madres”.


“Las tres mujeres fueron entrevistadas por el diario de circulación nacional La República, que tiene un numeroso grupo de lectores, por lo que el conversatorio tuvo gran audiencia. A partir de esa experiencia las madres se empoderaron y luego fueron convocadas a un programa de televisión donde María Cristina, presidenta de la Asociación, habló del tema. Los teléfonos sonaron y llamaron padres y madres de todo el país. Era evidente que había una gran necesidad por hablar y entender el tema”, agregó Merino Rosas.


En septiembre del 2010, en Chile, se efectuó la IV Convención de Familias por la Diversidad Sexual, a donde viajaron cuatro de las madres del grupo impulsor, donde María Cristina habló y ahí la Asociación Internacional deciden encargarle a Perú la organización de la V Convención, que se llevó a cabo en el 2013.


“Todo un trabajo de organización, porque éramos pocos. Las madres, dentro del fragmentado activismo limeño, lograron que, con un año de anticipación, se fijara la fecha de la marcha del orgullo. Se logró que activistas jóvenes trabajaran voluntariamente en la convención y poner el tema en lo político y lo social” añadió.


“Actualmente son 12 madres que mensualmente brindan sus testimonios en las reuniones y, a lo largo de estos años, han asistido cientos de mamás, que aunque no se vuelvan activistas, por lo menos pasaron las dos primeras etapas, y así logran deconstruir lo que habían asimilado por décadas, pero en su núcleo de familia y amistades aceptan y valoran la diferencia al interior de su familia”, puntualizó.


“Esta fuerza y significado que tiene la madre en nuestro imaginario latinoamericano es muy potente y enhorabuena que así lo sea, porque se compraron el pleito del reconocimiento de derechos, van a marchas, festivales y están presentes en muchos espacios”, agregó el activista.


También resaltó la diversidad en el grupo de mujeres del grupo impulsor de Perú, pues una de las madres es ingeniera, otra bailarina, una más catequista, una socióloga, quien por su trabajo en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, viaja al interior del país, donde ubican activistas para realizar estas pláticas con las familias de la comunidad LGBTI, principalmente en el Cusco, Trujillo, Chiclayo, Arequipa e Iquitos.


Finalmente, dijo que uno de los objetivos es diluir los prejuicios al interior de las familias y evitar los actos de discriminación que se dan cotidianamente en la sociedad y en las propias familias hacia la comunidad LGBTI.


En su oportunidad, el secretario general del SUTUACM, Ernesto Guijosa, señaló que a través del trabajo comunitario y con la gente de la academia para saber qué era lo que pasaba en Perú, es que logró el contacto con los activistas Alejandro Merino Rosas y Carlos Cosme Mellares, quienes son pareja desde hace 27 años.


“Si podemos ir transformando en el imaginario colectivo, en las familias, la idea que se tiene de tener un hijo o hija lesbiana, gay o trans, el mundo va a cambiar. Este trabajo que ellos hacen de concientizar de lo importante de recuperar lo más sagrado que puede tener una relación padre-hijo, que es el amor, es maravilloso. Tuve la oportunidad de estar en una de las pláticas de los encuentros mensuales y me di cuenta de la magnitud e importancia, porque es un espacio donde los jóvenes hablan de su experiencia y cómo los ha transformado el hecho de que la mamá tenga ese espacio de contención o de dialogo”, finalizó.

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