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La UACM representa una conquista, no un fraude.

  • comunicacionuacm
  • 14 jun 2018
  • 2 Min. de lectura



Han pasado 17 años desde la creación de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que representa el más reciente esfuerzo por democratizar el acceso a la educación superior y ampliar las oportunidades de educación universitaria para la población.


Esto es un factor esencial para construir una sociedad libre, justa y democrática. La educación universitaria no puede ser más un lujo, ni reducirse a una capacitación para el trabajo.


La UACM es un proyecto comprometido con la sociedad, principalmente con los habitantes de esta metrópoli. Nació para cooperar, para hacer bien su trabajo –a hacerlo muy bien– y trabajar codo con codo con todas las instituciones. Nuestro objetivo es que todas y todos los estudiantes tengan una educación sólida, una cultura amplia, una formación científica y una capacidad de razonar y crear.


Pero, además, nuestros estudiantes tienen una característica particular que les hace invaluables: cuentan con una férrea voluntad por trabajar, por salir adelante, por construir una sociedad más justa y fraterna. Con ellas y ellos nuestra casa de estudios refrenda todos los días su compromiso de atender –con un alto nivel académico– las necesidades educativas de las y los mexicanos.


La UACM no pretende competir con nadie. Por ende, no busca ponerse por encima de los demás. No busca certificados comerciales o burocráticos de calidad; se compromete con la verdad, con la búsqueda de rigor en el análisis, el pensamiento y visión crítica, la riqueza de la diversidad cultural, la sabiduría que da la perspectiva histórica y la contribución práctica para la solución de los problemas humanos.


Han pasado sólo 17 años desde su creación. En su juventud, esta institución pública de educación superior tiene retos, pero también avances que nos inspiran a no cesar los esfuerzos. Prácticamente todas las mediciones nos sitúan dentro de las 50 mejores universidades del país, aunque apenas el camino comienza.


Desde nuestras aulas, talleres y laboratorios, rechazamos el infundio fácil. El ataque sistemático contra la educación pública, la denostación de nuestra comunidad en nombre de los intereses políticos de unos cuantos.


Ante la vileza de quienes profieren mentiras y ofensas, nuestra respuesta seguirá siendo la misma: trabajar incansablemente para sumarnos a la labor que realizan otras casas de estudio, como el Instituto PolitécnicoNacional, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Pedagógica Nacional y otras que coinciden con el propósito de ofrecer un espacio público de educación superior esencial para el pueblo de México.

Nada humano me es ajeno.

Coordinación de Comunicación

 
 
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