La salud mental de una comunidad depende de sus cuentos, leyendas y mitos: Marconio Antonio
- Espectáculo conferencia ¿Qué es la Narración Oral?
- 3 sept 2018
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En el plantel Cuautepec se realizó el espectáculo-conferencia ¿Qué es la Narración Oral? ¿Para qué sirve contar cuentos?, a cargo de Marconio Antonio Vázquez, quien señaló que “la salud mental de una comunidad depende de sus cuentos, leyendas y mitos, que nos pone en contacto con el otro y lo otro”, al tiempo que invitó a la audiencia a participar en el taller de cuentacuentos que impartirá en ese campus a partir del 18 de septiembre.
En el Aula Magna 1 del plantel, ante las y los universitarios, el narrador oral, becario del Fonca a través del Programa Creadores Escénicos, precisó que no se debe confundir mito con mentira, porque la mitología es un corpus narrativo “que le da identidad a un pueblo y le da orientación conductual a una comunidad, a una cultura; le dice qué sí y qué no; le dice por dónde sí y por dónde no. Los grandes corpus de mitos de culturas como la prehispánica, griega, china, celta o maya, generaron un corpus de mitos impresionantes para poder sostener la realidad cotidiana; necesitan tener cuentos y tradición oral a través de los mitos, las leyendas y sus cuentos necesitan tener eso muy sano”.
Vázquez agregó que en México se requiere de volver a contar cuentos, porque el sistema educativo nos ha convencido de que solamente las historias de los próceres merecen ser contadas y aparecer en los libros de Historia, o de aquellos que salen en la televisión. “Nos han acostumbrado a negar nuestras propias historias”. Por ello, pidió a los asistentes que averigüen y conozcan a detalle cómo se conocieron papá y mamá, y escribir esa historia que es tan importante, porque por ellos se está aquí y es igual de valioso como el obtener un certificado o título universitario, lo anterior porque, dijo, un bajo porcentaje de la población mexicana conoce de dónde proviene.
Además, al conocer esa historia, la mitad de los problemas con papá y mamá se resolverán, aseguró, pues algo sucede en el interior y se empiezan a solucionar asuntos que están pendientes en el inconsciente.
Indicó que cuando somos niños queremos que nos cuenten el mismo cuento y lo comparó con la película favorita que podríamos ver diariamente y la recomendamos. “Nos sucede lo mismo que a los niños, porque esa película, ese cuento está diciendo cosas, aspectos de nuestra vida que no hemos resuelto, porque hay algo que me está diciendo de mi inconsciente. Cuando resolvamos ese asunto, la vamos a guardar y a atesorar y la veremos dos veces año, y el narrador oral es como un diseñador de sueños, el cuento en escena se parece más al cine que a la literatura”.
Vázquez dijo que los narradores orales le corrigen la página a Rulfo, a García Márquez y a los escritores, porque la literatura es una cosa y la oralidad es otra, ya que para contar a Rulfo en escena, se tiene que adaptar su cuento al lenguaje de la oralidad, “igual que el guionista que pasó al lenguaje cinematográfico el libro El nombre de la Rosa y quedamos sorprendidos de cómo le hizo para contar la misma historia en dos horas y media, hay que adaptarlo a otro lenguaje artístico, en un formato que implica imágenes”.
Indicó que lo mismo sucede con el diseñador de sueños que es el cuentacuentos, porque se basa en el psicoanálisis hablando del inconsciente. “Cuando digo ‘abuela’, la mayoría tenemos la imagen de la abuela, que son grandes consentidoras. Te refugiabas con ella cuando tu mamá te regañaba. El símbolo ‘abuela’ es muy poderoso y el narrador oral trabaja con palabras, con significados y con símbolos arraigados en nuestra cultura, y el símbolo abuela es muy poderoso y está insertado en nuestra parte inconsciente y cada vez que digo abuela, algo del inconsciente de cada uno de ustedes brota y comenzamos a amar a esta abuela que se murió”.
Precisó que los narradores orales tienen que tomar cualquier cuento, leyenda o mito y transformarlo al lenguaje de la oralidad que es otro lenguaje artístico, el cual los lleva a trabajar con símbolos del inconsciente. Ejemplificó que, si a uno le dan ganas de matar al vecino o invitar un café a la vecina casada, no lo hace, pero en los sueños y cuentos sí se puede hacerlo. “En los cuentos, en los sueños y en el arte en general, nuestros duendes inconscientes tienen chance de salir a jugar; por eso nos sentimos bien cuando hay un buen cuento, una buena historia, una buena película, porque nuestros duendes del inconsciente salen a jugar en el espacio del no tiempo que es un cuento, una buena película, una buena novela, ahí brotan esos deseos ocultos de que la realidad sea diferente”.
Gracias al cuento, añadió, se puede estar en contacto con la otra persona, con lo otro que puede ser lo lejano, lo prohibido, lo raro, lo oculto. “A través del cuento y de las artes narrativas en general, podemos encontrar en contacto con eso. Por eso las sagas de las películas Los piratas del Caribe te pone en contacto con el otro, con el imaginario del pirata, que es algo lejano en el tiempo y el espacio, con lo que yo puedo estar en contacto solo en un cuento, novela, obra de teatro o cine”.
Antes de la charla, Vázquez contó un cuento basado en los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, de tal forma que los presentes eran uno de ellos y el símbolo poderoso, dijo, es el dolor que subyace, porque lo tenemos cercano y dicho cuento no funcionaría en otro país, a menos que antes hubiera una explicación.
Marconio Antonio Vázquez y Erika Vázquez Luna, enlace de Difusión Cultural y Extensión Universitaria en este plantel, invitaron a la audiencia al taller Cuéntamelo todo, que impartirá Marconio en 12 sesiones, los martes y jueves, a partir del 18 de septiembre, de 16:00 a 18:00 horas, en dicho campus, para 15 personas, ya que será una actividad personalizada.
“Los vamos a capacitar para aprender a hablar y comunicarse en público, a aprender a contar cuentos en público y a aprender a llegarle al corazón de las personas a través de tu voz y tu cuerpo y si quieres te ponemos en contacto con el circuito (de cuentacuentos) y empezarás a inventar tus propios cuentos y a unirte a una tradición que puede ser una profesión”, finalizó el narrador oral.