Conferencia Género, conceptos y teorías.
- comunicacionuacm
- 11 mar 2019
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Conferencia Género, conceptos y teorías, organizada por el Centro Cultural Casa Talavera y el Colectivo Circuito Ocho, Integrado por estudiantes y egresadas de la UACM.
A lo largo de la historia, a las mujeres siempre nos han cuestionado nuestra inteligencia. En la antigüedad –si eran sabias– eran depravadas, por lo tanto eran brujas y las quemaban; pero si no eran sabias no valían porque eran poco inteligentes, comentó Nayeli Citlali Navarro, maestra en Ciencias Políticas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, en el marco de las actividades del Día Internacional de la Mujer que organizó la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), en el Centro Cultural Casa Talavera, conjuntamente con el Colectivo Circuito Ocho, integrado por Meztli Valdez, Angélica Arias, Karime Salgado, María Trinidad Hernández y Melisa Yepez, estudiantes y egresadas de la Licenciatura en Arte y Patrimonio Cultural de la UACM.
Navarro, puntualizó que la idea de la construcción de las mujeres y de los hombres se ha venido erigiendo a lo largo de la historia por milenios y milenios. Por ejemplo Sigmund Freud, padre del psicoanálisis decía: la anatomía es el destino, las niñas sufren toda la vida del trauma de la envidia del pene tras descubrir que están anatómicamente incompletas. “En la antigua Grecia creían que las mujeres éramos hombres incompletos que no habíamos alcanzado nuestro desarrollo biológico y genética al cien por ciento. Pensaban que el clítoris era un pene atrofiado y que los testículos no se habían terminado de hacer, por eso en vez de sacar espermatozoides, sacábamos leche por los pezones; la idea era que las mujeres éramos hombres incompletos, por tanto éramos rechazadas”.
“Eurípides decía aborrecer a las mujeres sabias, que no viva bajo su techo la que sepa más que él y más de lo que conviene a una mujer. Venus decía: las mujeres doctas, las más depravadas; Moliere dice: la mujer no necesita escritorio, tinta, papel, ni pluma. Entre gente de buenas costumbres, el único que debe escribir en la casa es el marido; Voltaire dice: una mujer amablemente estúpida es una bendición del cielo; San Agustín menciona que es de orden natural entre los humanos que las mujeres estén sometidas al hombre porque es justicia que la razón más débil se someta a la más fuerte; Santo Tomás de Aquino: las mujeres tienen un temperamento débil y es de razonamiento inestable; incluso Darwin, el padre de la teoría de la evolución, decía que las mujeres éramos un pelo menos inteligente que los simios, porque ellos pensaban un poco más que nosotras. Antes de la revolución francesa las mujeres éramos consideradas de menor rango que los esclavos”, abundó.
Navarro, fundadora y presidenta de la Asociación Civil AVANZAFEM, señaló que –como estas posiciones– hay mucho más. De allí la importancia de la perspectiva de género, hombres y mujeres en la sociedad construimos nuestro imaginario y nuestra forma de ser y de pensar y de comportarnos hacia afuera a partir de percepciones de hechos, de ideas que nos han metido de lo que somos o debemos ser, cómo comportarnos y qué valores tendríamos que tener en la sociedad.
Las normas que regulan nuestras conductas en un entorno social –por ejemplo– las relaciones personales, las relaciones jerarquizadas, en relación al parentesco y al psicoanálisis, las ideologías que nos imponen desde la familia –nuestro primer y principal núcleo– que nos construye una forma de ser, realidad que también viene determinada dependiendo de nuestro sexo biológico, si somos hombres o mujeres, tenemos una percepción de lo que somos, de cómo nos vamos a comportar; desde nuestra función genética, si tenemos cromosomas “y” o “x”, o por procesos socioculturales y simbólicos.
La perspectiva de género –como método analítico– nos permite observar las diferencias sociales entre hombres y mujeres para ver las causas, los procesos y los efectos que estas diferencias tienen en las sociedades. Una vez que vemos éstos, tenemos que proponer soluciones para que sea una sociedad más justa y más igualitaria, buscar la forma de que sea una sociedad más justa, ya que en esta sociedad, las mujeres estamos muy por debajo de lo que es la justicia; hay una impunidad terrible hacia las mujeres. Nueve mujeres estamos siendo asesinadas al día; el mes pasado fueron diez.
Si no reflexionamos que los salarios de las mujeres son menores a los de los hombres (por la misma actividad) no entenderemos qué es la desigualdad. Incluso no se puede hablar de democracia si no hay participación activa de las mujeres. En ese sentido, la perspectiva de género ayuda a entender la democracia, precisó la abogada Navarro.
Por eso, dijo la ponente, es importante observar cuestiones que tienen que ver con una construcción social del género, como los símbolos que evocan representaciones entre hombres y mujeres, por ejemplo: el matrimonio. También estamos construidos por organizaciones e instituciones de las relaciones de poder entre hombres y mujeres, y por conceptos normativos que definen el ‘deber ser’ del hombre y de la mujer, de lo femenino y de lo masculino y por nuestra identidad subjetiva.
El género señaló la maestra Navarro, es un conjunto de creencias, percepciones y atribuciones que nos construyen socialmente. Tomando la diferencia sexual como nuestra base, el género te dice lo que tienes que ser y hacer para ser aceptado socialmente. Si eres mujer que tienes vagina, tienes que hacer y comportarse de determinada forma; si no nos comportamos de esa manera entonces, las mujeres, somos unas cualquieras y los hombres –si no se comportan dentro de lo propio– son maricones, jotos, mayates, etc.
Más allá de ser la lucha entre hombres y mujeres, el feminismo –dijo Navarro– es una reivindicación de derechos, es la lucha por la justicia; no es combatir, es luchar por una cultura de la paz, recordar que 120 mujeres murieron a manos de la policía por buscar justicia en su salario, por el mismo trabajo donde en una fábrica les pagaban la mitad del sueldo que los hombres; a otras las quemaron vivas.
El feminismo nos ha ayudado a obtener derechos de los que ahora podemos gozar. El derecho a un trabajo digno, el derecho salarial, el derecho a divorciarnos, el derecho a opinar, el derecho a ser ciudadanas –en 1953 se reconoce el sufragio femenino– sin embargo, hoy (9 de marzo) no es un día de festejo, sino un día de lucha por la igualdad de nuestros derechos. El feminismo no sólo ha luchado por el derecho de las mujeres, también ha luchado por derechos raciales, del movimiento LGTTB, etc., concluyó.
Además de esta conferencia, se llevó a cabo la inauguración de la exposición fotográfica, Estas Somos, integrada por cuarenta y dos fotografías, la presentación del Performance, una crítica al papel de la mujer en la sociedad, por el Colectivo Circuito Ocho.