Proyecto argumentación en contexto 2018-2019, Principhia UACM
- comunicacionuacm
- 5 abr 2019
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En el marco de la inauguración del Proyecto Argumentación en Contexto 2018-2019, Principhia UACM, que se llevó a cabo en el Laboratorio Filosófico del Plantel San Lorenzo Tezonco el 27 de febrero, la Dra. Leticia Romero Chumacero, Coordinadora Académica de la UACM –acompañada por el Dr. David Gaytán– señaló que Principhia, como proyecto de investigación en el ámbito de las humanidades, es uno de los más consolidados de la UACM; “tenemos un camino ya avanzado, además con perspectiva internacional; me llena de entusiasmo saber que están pisando otros terrenos y que en nombre de la universidad están dando a conocer lo que hacemos”.
En este contexto, Natalia Luna –académica de la UACM, quién está por terminar sus estudios de doctorado en Ámsterdam, Holanda– presentó avances sobre su proyecto de investigación sobre la ‘pragma-dialéctica’, corriente de argumentación muy importante hoy en día. Dicha investigación –señaló– se desarrolla desde dos perspectivas distintas: la teoría de la argumentación, enriqueciéndola con aportes provenientes del conocimiento politológico; el fenómeno del debate político es obviamente visto desde forma distinta desde ambas disciplinas. El acto de habla del debate político es, con la teoría de la argumentación, un acto de naturaleza comunicativa y lingüística, mientras que para la ciencia política, el debate político es visto a la luz de un contexto más grande, un contexto histórico político de un proceso que se inscribe dentro de los sistemas políticos.
La pragma-dialéctica es una perspectiva en teoría de la argumentación que ofrece herramientas conceptuales para analizar y evaluar argumentaciones, así como para analizar empíricamente los patrones argumentativos. Esta perspectiva ha desarrollado un conjunto de reglas para las discusiones críticas, así como la noción de maniobra estratégica, que combina las intenciones retóricas del hablante (de convencer), con sus intenciones dialécticas (de decir cosas verdaderas mediante una argumentación correcta), teoría que se inició en los años setenta por Frans H. van Eemeren, Rob Grootendorts, precisó la ponente.
La argumentación es vista como una actividad verbal, social y racional; su objetivo es convencer a un crítico razonado, sobre la aceptabilidad de cierta opinión o punto de vista; pero aquí, entonces, se habla no de la verdad, sino de la aceptabilidad. La opinión se va a defender mediante la presentación de una o más proposiciones ofrecidas para justificar tal punto de vista. Por ejemplo, quiero convencerlos que la UACM es una universidad en donde se favorece la interdisciplina, y les presento una serie de razones; el hecho de que yo las ofrezca implica realizar este proceso de argumentación. Esto parece trivial pero para los estudios filosóficos no lo es. Además, históricamente la filosofía es la que ha estudiado a la argumentación, precisó la académica.
Esta perspectiva pragma-dialéctica estudia una noción de argumentación dialógica en la que hay alguien propone y un antagonista, por ejemplo un intercambio epistolar en el periódico se podría reconstruir como una diferencia entre antagonista y protagonista. Una discusión no solo de dos partidos –sino de muchos– se puede reconstruir así: el protagonista propone una tesis y el antagonista duda de la aceptabilidad de la tesis, diciendo simplemente: ‘¿a poco, sí; es así la UACM?’; eso es ya una duda. Ahora, si además el antagonista dice: ‘ah no, no es cierto’, allí ya hay dos discusiones en curso; uno dice que sí y el otro dice que no. Al discutir, hay dos diferencias de opinión. Dado que la argumentación es un proceso social y racional que se da en concreto, tendría que reconocer que hay diferentes contextos argumentativos. El tipo de argumentación que se considera correcto, cambia dependiendo del contexto argumentativo.
Los dominios comunicativos son esferas amplias de prácticas comunicativas, como la legal, la política, la comunicación médica, la interpersonal, la académica y muchas otras, como el comercial, el de resolución de problemas, el diplomático, el interpersonal, pero el que más se ha estudiado es el legal, ya es parte de la currícula de carreras en Derecho. El dominio de la argumentación legal es uno de los que están más regulados, en segundo el médico, el tercero el político y el cuarto el académico, precisó la ponente.
Un ejemplo de la comunicación política es el debate presidencial, pero también es un debate en la Cámara, otro puede ser un político discutiendo a través de los medios con otro político y en general cualquier ciudadano puede argumentar políticamente.
El maniobrar estratégico se puede dar en tres niveles. El hablante puede escoger cierta adaptación de los temas dentro de todo el catálogo que va a tener de todos los temas para hablar, puede también adaptarse a las demandas de la audiencia y también puede cambiar los mecanismos de presentación.
La académica explicó, con ejemplos, que la confrontación, la apertura, la argumentación, y la conclusión o resolución, son las etapas de una discusión crítica. De acuerdo a la perspectiva pragma-dialéctica, en la teoría de la argumentación, la primera –dijo– refiere que las partes establecen que hay una diferencia de opinión, en una diferencia de opinión simple; esto significa simplemente que el punto de vista de una parte no es inmediatamente aceptado por la otra parte, sino que esta presenta dudas o críticas.
En la apertura se toma la decisión de intentar resolver una disputa por medio de una discusión argumentativa regulada; se toman más decisiones sobre el material y se dan puntos iniciales procedimentales. En la etapa de argumentación, aquí el protagonista defiende su punto de vista en contra de las persistentes críticas del antagonista mediante la presentación de argumentos para refutar las objeciones del antagonista o para remover las dudas de este último. Por último, en la conclusión o resolución, se establece que la disputa ha sido resuelta sobre las bases del punto de vista (protagonista) o de las dudas sobre el mismo (antagonista)