Cumbia y Tren Maya, en Cuautepec.
La narradora oral colombiana Olivia Gómez Severiche, presentó el encuentro escénico Contando voy cantando, en el que narró y cantó historias del norte de Colombia, como la de Juana, joven hermosa a la que le gustaba bailar la cumbia con su candela en la mano, pero su padre le tenía prohibido el baile. Un día, Juana se fue a una rueda de cumbia y su padre, enojado, fue a buscarla. Cuando la encontró, Juana escapó por un camino que las mujeres que participaban en la rueda hicieron alumbrándola con sus velas. Se cuenta que desde esa vez, Juana desapareció y a veces se le puede ver en las ruedas de cumbias, pero el hombre que baile con ella, lo hará eternamente.
Después se efectuó la charla-debate Historia del ferrocarril en México a la luz el Tren Maya, a cargo del profesor Enrique Semo y moderada por la profesora Jiapsy Arias, ambos de la Academia de Estudios Socio Históricos. En ella, el académico señaló que desde los años cuarenta, los gobiernos en turno impulsan el desarrollo turístico del país pero, desafortunadamente, esos proyectos hoteleros y de servicios sólo han beneficiado a los empresarios del sector, no así a quienes trabajan en ese ramo.
En todos esos proyectos, dijo, ha habido impactos ambientales como en el caso del Tren Maya, donde el tramo de Escárcega a Chetumal cuenta con arqueología y biodiversidad importante, pero no importó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA). Además de las concesiones a las empresas que construirán diferentes tramos de la ruta de ese tren, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) participa con licitaciones, con lo que al Ejército se le deja en la toma de decisiones de carácter político-económico que antes no tenía. Las y los asistentes participaron con sus preguntas y comentarios acerca del tema.