Homenaje a David Huerta, en Bellas Artes.
La sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes fue el escenario del homenaje –este 14 de febrero del 2023– a David Huerta, por parte de sus amigos poetas, ensayistas, traductores y editores. Fernando Fernández, Coral Bracho, María Baranda, Marcelo Uribe y Hernán Bravo Varela, acompañados de la rectora de la UACM, Tania Rodríguez Mora, fueron convocados por la Coordinación Nacional de Literatura y la escritora Verónica Murguía, compañera de David Huerta.
En el homenaje, la rectora de nuestra casa de estudios fue la moderadora y mencionó que “es esta noche gozosa, amorosa y de amistad, porque tenemos todo este afecto en recuerdo de nuestro amigo y colega: el poeta David Huerta”. Indicó que para la UACM fue un lujo tener a David como miembro de la comunidad universitaria, “quien amó a nuestra universidad como amó a la literatura, como amaba compartir con otros, principalmente a los jóvenes de los barrios de esta ciudad que son a los que recibe nuestra universidad. Siempre estaremos agradecidos por ello, por su compromiso con la cultura, con la educación y por su enorme capacidad de dar y construir”.
En su turno, Hernán Bravo Varela, dijo que este homenaje es un recordatorio íntimo de los amigos de David Huerta y mencionó parte de la obra poética del autor con los libros El jardín de la luz publicado en 1972, del cual dijo, es un conjunto de poemas y es el primer borrador de la poesía de Huerta, así como Cuaderno de noviembre, de 1976.
En tanto, María Baranda dedicó su texto a Verónica Murguía y resaltó que David ha hecho de la poesía un sitio original, “una parcela de luz donde habita su ser en el ser y su escritura, porque en los poemas de David se habla del mundo y de su acontecer íntimo, pero también de lenguaje. Sus poemas son poemas que pasan y traspasan la concepción de un ‘yo’ que establece un vínculo intenso con la vida y el pensamiento. En sus poemas, el ensayo es la clave; la narrativa el camino y la poesía el drama en donde surge en conflicto, su ética es poética” y definió el estilo de Huerta como único.
A su vez, Marcelo Uribe, editor de Huerta en Ediciones Era, recordó a “Davo” como su amigo, su gusto por la música, lo generoso que era con la gente a su alrededor, a quienes obsequiaba libros que a él le gustaban. También rememoró que se conocieron en la editorial y la alegría de David por la firma del contrato para la publicación de Cuaderno de noviembre. “Murió Davo y muchas palabras se irán con él para siempre, palabras con formas raras, ‘estileras’, diría él. Recorrió el país hasta el último rincón, introdujo a cientos de jóvenes a la lectura y al disfrute de la poesía. Creo que se puede afirmar con muy poco margen de error, que nadie –ningún gobierno, ninguna institución ni persona en el siglo XX y lo que va del XXI– hizo tanto por contagiar el gusto por la poesía como David Huerta”.
En su oportunidad, Coral Bracho Bracho definió a Huerta como su amigo y hermano, y recitó el poema Descender, dedicado a Verónica Murguía y que forma parte del libro La calle blanca, de 2006. Bracho aseguró que “David incidió de manera única en la poesía de nuestra lengua, no es sólo una forma nueva de expresión, sino que es un proyecto cognitivo y se acerca a otras artes. Enriqueció de muchas maneras la forma de concebir la poesía y en la manera de percibir el mundo y reconocernos en él”. También lo recordó por su sentido del humor y como un ser entregado a las mejores causas sociales y culturales.
Finalmente, Fernando Fernández recordó algunas anécdotas con su amigo David, a quien conoció en la universidad y empezó a entender su estilo poético. También rememoró la generosidad de Huerta, pues por él pudo estar dos semestres como profesor adjunto de español en el campus de una universidad estadounidense. Tenían planes, dijo, de hacer un libro independiente sobre la vida y obra de David, a través de una entrevista que realizaría Fernando, pero este proyecto y otros más que tenía el poeta no se concretaron por su partida. Fernández mencionó algunas de las palabras que personas de todas las edades escribieron por el fallecimiento de Huerta, entre ellas: “Si eres poeta en México, algo le debes a David Huerta”, o “Si conociste a David Huerta, te llenó las manos de algo”.